MANUEL ÁLVAREZ BRAVO (1902- 2002)
Parábola óptica, 1931
Plata sobre gelatina
Hacia 1930, Manuel Álvarez Bravo decidió dedicarse oficialmente a la fotografía y con ello comenzó a desarrollarse una figura innovadora dentro del hacer fotográfico tradicional. Su obra se caracteriza por contener un lenguaje propio a través de la simbología urbana, así como por transformar lo ordinario en extraordinario mediante los mecanismos visuales y textuales del proceso fotográfico.
En el caso de Parábola óptica, el retrato de la marquesina de una tienda se convierte en un juego de miradas. La presencia continua de la palabra “moderna” establece una metáfora vinculada con la perspectiva que introduce Manuel Álvarez Bravo en la fotografía mexicana: el carácter humorístico, la búsqueda de una realidad alterna y la construcción de lo fantástico en lo cotidiano, fugaz y ordinario.
Museo de Arte Moderno.
CDMX.